Para unos, fue un héroe de la Independencia al nivel de San Martín y Belgrano. Pero su reconocimiento, con media sanción en el Congreso, se choca con la promesa de Cambiemos de no sumar nuevos feriados.
Alentándole las ganas a todo su pobrerío / viene hablándoles de patria para templarles el brío / Libres los ha declarado de toda contribución; ya bastante con que pongan el cuerpo y el corazón / Disque ‘se ven recelosos los señorones de rango’. ¡Que vayan ellos al cerro a parar los maturrangos!”, escribió el poeta León Benarós y cantó Hernán Figueroa Reyes.
Por Tomás Eliaschev
Este fragmento de la zamba “Los del poncho colorado”, parte del disco Viva Güemes –una cantata dedicada al héroe salteño, grabada en 1971– nos permite introducir el debate alrededor de uno de los más destacados generales que lideraron la lucha por la Independencia. Un patriota que, pese a mantener a raya a los realistas en la frontera norte y permitir que San Martín libere a Chile y Perú, todavía no obtuvo reconocimiento oficial.
El “olvido” al que fue sometida la figura de Martín Miguel de Güemes estaría a punto de cambiar: la Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto para que la fecha de su muerte, el 17 de junio, se convierta en feriado nacional. En el Senado, la iniciativa cuenta con los apoyos necesarios. Pero no todo es tan sencillo: la vicepresidenta Gabriela Michetti adelantó la posibilidad de que Mauricio Macri vete la decisión. No adujo razones ideológicas ni habló del pedido de perdón que efectuó a España el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Su argumento fue más liviano, sin entrar en posiciones políticas. O al menos, sin explicitarlas: “No somos un gobierno muy propenso a aceptar más feriados. No sé qué va a hacer el Presidente”, se excusó Michetti al llegar a San Salvador de Jujuy. Repitió los mismos conceptos que había vertido unos días antes, cuando inauguró Tecnópolis en Salta. “En la ciudad de Buenos Aires siempre tuvimos la mirada de que está bueno que los feriados existan. También está bueno que miremos todo el calendario y lo reorganicemos”, explicó. Y señaló su posición sobre los feriados: “Este país necesita producir, necesita salir adelante y cada uno de esos días que no producimos es un montón de dinero que al Estado le hace falta para después volcarlo a todos los servicios que necesitamos para las familias”. Fue en línea con lo planteado por el mismo Macri en campaña, cuando afirmó que era necesario reducir la cantidad de feriados: “Es un tema que no fue bueno para el país ni para el turismo. Iremos viendo qué es lo que vamos a hacer”, fue lo que adelantó. Pese a estos dichos, fuentes gubernamentales dejaron trascender que finalmente el feriado no sería vetado. Sin embargo, el debate quedó abierto.
“No es para sorprenderse que algunos sectores de la política actual quieran minimizarlo” (Pablo Koziner, diputado autor del proyecto, FPV).
“Escucho hablar de productividad y de lo que perdería el país con un feriado, pero eso depende de las políticas económicas que generen condiciones de crecimiento”, dijo a Veintitrés el diputado salteño Pablo Koziner, autor del proyecto y vicejefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria. “Plantear la cuestión del feriado es escapar a la discusión de fondo. Güemes, junto con San Martín y Belgrano, forma un trípode imprescindible en nuestra Independencia. Este año del Bicentenario es propicio para hacer esta reivindicación histórica”, agregó el legislador. Según su opinión, “no es para sorprenderse que algunos sectores de la política actual quieran minimizarlo”.
“Güemes es el único general muerto en combate: lo asesinan los realistas en complicidad con sectores de la sociedad del norte que no compartían sus políticas económicas y fiscales. Él fue el primer gobernador electo por el Cabildo y planteó políticas como el aporte necesario de los grandes personajes de la zona para sustentar la lucha del ejército. Y reguló el comercio de mulas al Alto Perú”, enumeró Koziner. En esa línea, el historiador Pacho O’Donnell destacó que Güemes fue uno “de los tres grandes jefes militares que se la jugaron en los campos de batalla mientras en Buenos Aires se pergeñaban maniobras para traer príncipes europeos para ser coronados acá, ya que los políticos porteños pensaban que la independencia se iba a lograr con negociaciones pero que era imposible vencer a España en los campos de batalla”.
En el marco de los homenajes a Güemes que se realizaron en la Quebrada de la Horqueta, el lugar donde fue asesinado el patriota, el gobernador Juan Manuel Urtubey expresó su expectativa por la aprobación del feriado.
O’Donnell, que se manifestó a favor del feriado, destacó que Güemes fue un “jefe popular que, pese a su origen social acomodado, se identificó con los sectores humildes cuando tomó medidas para favorecerlos, como reformas agrarias, reivindicación de derechos de los indígenas y control de precios. En términos del historiador norteamericano Nicolas Shumway, lo suyo fue ‘radicalismo populista’. Güemes representó la reivindicación provincial ante la prepotencia porteña. Incluso resistió cuando Buenos Aires, erigida en potencia dominadora, mandó ejércitos en su contra. Por eso a la historia oficial le cuesta reconocer su importancia: es reconocer al gaucho del noroeste. Solamente se ha hecho la reivindicación del gaucho de la pampa, con el Día de la Tradición y el Martín Fierro. Pero no hemos homenajeado lo suficiente al gaucho salteño, al de cerros y selvas, que tiene una historia extraordinaria no solo en tiempos de Independencia sino también con las grandes rebeliones de los pueblos originarios contra la dominación hispánica”. Como queda dicho, la discusión sobre Güemes va mucho más allá de saber si el próximo viernes 17 será feriado.
Fuente: Revista Veintitres
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