1 de noviembre de 2018

1 DE NOVIEMBRE - CELEBRACIÓN A NUESTROS ANCESTROS DIAGUITAS



Nuestra Nación Diaguita Kallchakí preserva y mantiene viva nuestra cultura e identidad territorial, realizando y ejerciendo nuestras propias prácticas culturales desde tiempos milenarios.

Hoy en un proceso dinámico de visivilizacion y reconstrucción constante desde la autovaloracion en el hacer, se continua con las diversas actividades y manifestaciones que hacen a nuestra vida cotidiana.

Ahora, en noviembre la/os ña/os trabajan colectivamente con las ofrendas para recibir a las almas de la/os ña/os que pasaron a otro espacio y tiempo territorial; alma y espíritu  que todos los años el primero de noviembre retorna y regresa a reencontrarse y reunirse con cada familia de su Pueblo y Territorio. Relatan la/os abuela/os, que cada ancestro visita a las familias del lugar donde transitaron en vida. Más aun si hay "alma Nueva”, pues esta ·almita” necesitará muchas  fortalezas y fuerzas espirituales para poder transitar un buen camino en su viaje hacia ese otro espacio territorial.

La celebración cobra un sentir único en cada territorio Diaguita. La visita  de los mayores dura 24 horas. Llegan al medio día del primero y se van al  medio día del dos de noviembre.

Las almitas esperan encontrar en su mesa preparada especialmente, aguita, coca, alojita, chichita, algún tabaco pa¨ fumar, vinito y alcohol pa¨ amortiguar los dolores más profundos, y también degustar las ofrendas y comidas que les gustaba comer en vida: guaguas blanqueadas, también la diversidad de creatividad del amasador en escaleras, arbolitos,  perritos, llamas, etc empanadillas de dulce de cayote, pan dulce y salado,  también asao, mote pila, anchi chilkan, tulpo, bebidas,  chancaca, patay, siempre ornamentado con las mejores flores y la mesa debe estar en un lugar tranquilo y protegido, espacio donde nadie molestara a las visitas durante los dos días.

Por la colonización y la cultura invasiva, hoy esta celebración se mezcla con la evangelización occidental, donde también se reza, se hace misa en los cementerios.

Con esta celebración ancestral  continuamos el legado heredado y seguimos ofrendando a nuestros mayores, a nuestros ancestros y a quienes se nos adelantan en el camino, y debemos ofrendar  su retorno de cada año para continuar el viaje eterno de nuestro devenir como Pueblos Vivos.

El "día de las almas" toma su dimensión simbólica dentro del quehacer comunitario y trasciende las fronteras de la misma. Luego del ciclo de recibimiento a las almas y concluido el homenaje se comparte comunitariamente las ofrendas, se comparte y se reparte con  cada uno de los presentes. Se llegan a los antigales y cementerios a enflorar las cruces, a encender el fuego de velas que conectan los mundos y los espacios con cada uno de sus muertos. Con “oración” y reflexión en silencio.  

Así de algún modo es la memoria colectiva que trasciende a los que estuvieron, a los que estamos y estaremos por siempre y para siempre en nuestros territorios. Es saber que olvidarnos de quienes fuimos, nos conduciría a no saber quienes somos y perderíamos nuestra memoria histórica que nos trasciende, y un pueblo sin raíz sin identidad es muy difícil que sobreviva. El legado heredado de nuestros ancestros es mantener viva nuestra Identidad como Pueblo Nación Diaguita.








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