24 de marzo de 2014

ENOTPO: MANIFIESTO DESDE EL TERRITORIO DEL PUEBLO TOLOMBÓN


Marzo 2014
Nos hemos reunido en Territorio del Pueblo Tolombón, Nación Diaguita del Valle de Choromoros, acompañados por la fuerza de la Madre Tierra y siguiendo los caminos marcados por nuestros ancestros, que hoy confluyen en este espacio y en este tiempo, con la claridad y tenacidad de nuestras autoridades y con la fortaleza y compromiso de nuestros jóvenes. Las fuerzas que componen nuestros Territorios, los ríos, las montañas, el viento, el sol, y cada uno de los elementos de la naturaleza que hacen a nuestra cosmovisión y espiritualidad, son la fuente fundamental de nuestros pensamientos, base de nuestra propia ideología y de nuestros proyectos políticos. Los Pueblos Originarios hermanados y organizados en el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios - ENOTPO, decimos:

Somos organizaciones territoriales que formamos parte de un espacio político propio, el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios – ENOTPO, conformado en la actualidad por 45 organizaciones que nuclean a 27 pueblos preexistentes y más de 1000 comunidades, con representatividad en 20 provincias. Nos constituimos como un espacio propositivo de articulación de la política territorial indígena a nivel nacional con un objetivo fundamental: salir de la mera resistencia para hacernos parte de las definiciones relativas al presente y futuro de los Pueblos Originarios.

Reafirmamos desde este Territorio originario Diaguita nuestra instancia orgánica y nuestra condición de actores políticos organizados, que debatimos y articulamos políticas propias de manera autónoma, de diálogo constructivo, de disensos y consensos. Tras largos años de colonización, invisibilización y paternalismos, hemos retomado la voz en primera persona y no permitiremos que nunca más hablen en nuestro nombre las ONG’s, Iglesias, partidos políticos, organizaciones sociales, gremios, sindicatos, “expertos” o “indios de aeropuerto” que persiguen intereses individuales. Nuestra voz es colectiva y emana del territorio.

El diálogo intercultural con el gobierno nacional, iniciado desde el 2003, ha implicado la participación del ENOTPO en los acontecimientos más significativos del país en los últimos años. Así fue con la Ley de suspensión de desalojos y relevamiento de los territorios comunitarios; la Ley de Educación Intercultural Bilingüe; la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que contempla el derecho de los Pueblos Originarios a nuestros propios medios de comunicación; el anteproyecto de Ley de Posesión y Propiedad Comunitaria Indígena; y el posicionamiento y la propuesta respecto a la inclusión del Derecho Indígena en el proceso de Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial. Reconocemos que las leyes sancionadas son políticas públicas acertadas ya que avanzan en el camino de la reparación histórica territorial, y es por eso que desde el ENOTPO las celebramos y acompañamos. Sin embargo entendemos que el poder legislativo debe hacer efectivos todos los derechos consagrados en la Constitución Nacional.

De la misma manera es urgente profundizar la reforma del poder judicial y cada uno de sus órganos para poder así efectivizar nuestros derechos. Para tener una justicia plural y que permita el acceso real, es nuestra voz la que debe ser escuchada, en el marco de nuestra cultura e institucionalidad. No somos nosotros los que debemos recorrer los pasillos de una justicia conservadora y homogeneizante. Es nuestra diversidad y pluralidad cultural la que debe ser reconocida y respetada en los procesos  y en las decisiones del Poder Judicial.

Reafirmamos los procesos de recuperación de la identidad de los Pueblos Originarios que se autoreconocen como tales y que, en carácter de sujetos políticos y de derecho, se suman a la lucha en defensa de nuestros bienes naturales y del territorio. Estos procesos generan una realidad dinámica que, como nuestra historia, avanza y se profundiza. Las leyes deben adecuarse a este proceso dinámico. El Estado Argentino que reconoce nuestra preexistencia y su pluriculturalidad, debe garantizar las condiciones para desarrollarnos con nuestra institucionalidad propia, con nuestros valores económicos y sociales, en un equilibrio con el entorno, respetuoso de nuestra madre naturaleza y de todos los seres vivos, garantizando el Buen Vivir de los Pueblos en reciprocidad y complementariedad.

En el marco de este diálogo intercultural, asumimos la responsabilidad de hacernos cargo de espacios gubernamentales en donde la presencia indígena es esencial para la construcción de un Estado Plurinacional. Esta definición tiene como resultado la gestión indígena en la Dirección de Pueblos Originarios y Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente de la Nación, y la Dirección de Afirmación de Derechos Indígenas en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Este es un camino que recién comienza, un desafío que asumimos con la responsabilidad que nos legaron nuestros ancestros y el mandato que proviene de los territorios, y con la seguridad de que somos los Pueblos Originarios los que podremos y sabremos dar respuestas a las demandas de nuestros pueblos.

Para poder avanzar creemos que el INAI, como organismo responsable de la política indígena a nivel nacional, debe jerarquizarse política y económicamente, por fuera del ámbito del “desarrollo social”. Los Pueblos Originarios somos pueblos-naciones preexistentes, con instituciones, autoridades y cosmovisión propia. La situación social en la que se encuentran muchos de los Pueblos deviene de un proceso histórico de opresión y despojo que debe ser reconocido y reparado, no invisibilizado en términos desarrollistas como el de “pobreza”. Nuestra lucha es política, es por ello que entendemos que como sujetos políticos es esencial nuestra plena participación en el INAI, la cual deberá garantizarse a través de un gobierno pluricultural y con la presencia de representantes legítimos de los Pueblos Originarios en las diferentes áreas que lo integran.

Sostenemos que el tiempo histórico de los pueblos y de las sociedades de América nos convoca a ser actores decisivos en la construcción de la plurinacionalidad.  El discurrir político e histórico de los Estados y de los Pueblos Originarios está llevando la discusión hacia el interior mismo de la conformación de estos Estados.

En Argentina con el Pacto del Bicentenario se ha comenzado un proceso de refundación estatal.  Tenemos que protagonizar la reconfiguración de los actores políticos en la estructura del Estado, y en este sentido creemos que las provincias no pueden seguir constituyendo un dique que impida el efectivo cumplimiento de nuestros derechos en los territorios. Los Pueblos Originarios somos sujetos políticos preexistentes y las provincias están obligadas por la Constitución y el marco normativo a reconocernos como tales y ser los garantes de nuestros derechos.

Recordamos, en este mes de marzo, con gravedad y emoción a las víctimas de la última dictadura militar, a nuestros desaparecidos en la dictadura y homenajeamos a quienes no se dejaron vencer por el terror de un Estado opresor y construyeron con su lucha un nuevo amanecer democrático. Los Pueblos Originarios sufrimos las dictaduras y los genocidios militares por  siglos,  quisieron hacernos desaparecer, como personas y como Pueblos, pero no nos sometieron, porque no se pueden acallar las fuerzas de nuestra madre tierra, no se pueden invisibilizar la cultura y la identidad, no se puede negar la historia, por más esfuerzos que hagan algunos sectores reaccionarios por ocultarlo, somos una sociedad conformada por naciones, culturas y espiritualidades múltiples. Acá estamos presentes los Pueblos Originarios desde siempre y por siempre.

En este territorio ancestral, donde descansa y vive el legado de quienes nos precedieron en la lucha, queremos nombrar a Javier Chocobar, porque en su nombre se refleja la sangre derramada por nuestros pueblos en defensa del Territorio.

Javier Chocobar fue cobardemente asesinado en la comunidad Chuschagasta un 12 de octubre del año 2009, a 500 metros de su casa, donde estaba defendiendo su territorio. Hasta hoy, cuatro años y cinco meses después, no ha habido justicia y los asesinos siguen libres. No vamos a descansar mientras el asesinato de Javier Chocobar siga impune.

La fortaleza de la Comunidad Chuschagasta y de la familia Chocobar mantiene viva la memoria y la lucha.

Los Pueblos que hoy nos encontramos en este Territorio, acompañamos desde nuestra espiritualidad y desde nuestros territorios esta lucha.

No hay construcción, no hay interculturalidad, no hay paz posible sin justicia.
Javier Chocobar vive en la lucha de nuestros Pueblos

¡POR MEMORIA, IDENTIDAD, JUSTICIA Y TERRITORIO!

ENCUENTRO NACIONAL DE ORGANIZACIONES TERRITORIALES DE PUEBLOS ORIGINARIOS

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