Nos hemos reunido en Territorio del Pueblo Tolombón, Nación
Diaguita del Valle de Choromoros, acompañados por la fuerza de la Madre Tierra
y siguiendo los caminos marcados por nuestros ancestros, que hoy confluyen en
este espacio y en este tiempo, con la claridad y tenacidad de nuestras
autoridades y con la fortaleza y compromiso de nuestros jóvenes. Las fuerzas
que componen nuestros Territorios, los ríos, las montañas, el viento, el sol, y
cada uno de los elementos de la naturaleza que hacen a nuestra cosmovisión y
espiritualidad, son la fuente fundamental de nuestros pensamientos, base de
nuestra propia ideología y de nuestros proyectos políticos. Los Pueblos
Originarios hermanados y organizados en el Encuentro Nacional de Organizaciones
Territoriales de Pueblos Originarios - ENOTPO, decimos:
Somos organizaciones territoriales que formamos parte de un
espacio político propio, el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales
de Pueblos Originarios – ENOTPO, conformado en la actualidad por 45
organizaciones que nuclean a 27 pueblos preexistentes y más de 1000
comunidades, con representatividad en 20 provincias. Nos constituimos como un
espacio propositivo de articulación de la política territorial indígena a nivel
nacional con un objetivo fundamental: salir de la mera resistencia para
hacernos parte de las definiciones relativas al presente y futuro de los
Pueblos Originarios.
Reafirmamos desde este Territorio originario Diaguita
nuestra instancia orgánica y nuestra condición de actores políticos
organizados, que debatimos y articulamos políticas propias de manera autónoma,
de diálogo constructivo, de disensos y consensos. Tras largos años de
colonización, invisibilización y paternalismos, hemos retomado la voz en
primera persona y no permitiremos que nunca más hablen en nuestro nombre las
ONG’s, Iglesias, partidos políticos, organizaciones sociales, gremios,
sindicatos, “expertos” o “indios de aeropuerto” que persiguen intereses
individuales. Nuestra voz es colectiva y emana del territorio.
El diálogo intercultural con el gobierno nacional, iniciado
desde el 2003, ha
implicado la participación del ENOTPO en los acontecimientos más significativos
del país en los últimos años. Así fue con la Ley de suspensión de desalojos y
relevamiento de los territorios comunitarios; la Ley de Educación Intercultural
Bilingüe; la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que contempla
el derecho de los Pueblos Originarios a nuestros propios medios de
comunicación; el anteproyecto de Ley de Posesión y Propiedad Comunitaria
Indígena; y el posicionamiento y la propuesta respecto a la inclusión del
Derecho Indígena en el proceso de Reforma, Actualización y Unificación de los
Códigos Civil y Comercial. Reconocemos que las leyes sancionadas son políticas
públicas acertadas ya que avanzan en el camino de la reparación histórica
territorial, y es por eso que desde el ENOTPO las celebramos y acompañamos. Sin
embargo entendemos que el poder legislativo debe hacer efectivos todos los
derechos consagrados en la Constitución Nacional.
De la misma manera es urgente profundizar la reforma del
poder judicial y cada uno de sus órganos para poder así efectivizar nuestros
derechos. Para tener una justicia plural y que permita el acceso real, es
nuestra voz la que debe ser escuchada, en el marco de nuestra cultura e
institucionalidad. No somos nosotros los que debemos recorrer los pasillos de
una justicia conservadora y homogeneizante. Es nuestra diversidad y pluralidad
cultural la que debe ser reconocida y respetada en los procesos y en las decisiones del Poder Judicial.
Reafirmamos los procesos de recuperación de la identidad de
los Pueblos Originarios que se autoreconocen como tales y que, en carácter de
sujetos políticos y de derecho, se suman a la lucha en defensa de nuestros
bienes naturales y del territorio. Estos procesos generan una realidad dinámica
que, como nuestra historia, avanza y se profundiza. Las leyes deben adecuarse a
este proceso dinámico. El Estado Argentino que reconoce nuestra preexistencia y
su pluriculturalidad, debe garantizar las condiciones para desarrollarnos con
nuestra institucionalidad propia, con nuestros valores económicos y sociales,
en un equilibrio con el entorno, respetuoso de nuestra madre naturaleza y de
todos los seres vivos, garantizando el Buen Vivir de los Pueblos en
reciprocidad y complementariedad.
En el marco de este diálogo intercultural, asumimos la
responsabilidad de hacernos cargo de espacios gubernamentales en donde la
presencia indígena es esencial para la construcción de un Estado Plurinacional.
Esta definición tiene como resultado la gestión indígena en la Dirección de
Pueblos Originarios y Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente de la
Nación, y la Dirección de Afirmación de Derechos Indígenas en el Instituto
Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Este es un camino que recién comienza, un
desafío que asumimos con la responsabilidad que nos legaron nuestros ancestros
y el mandato que proviene de los territorios, y con la seguridad de que somos
los Pueblos Originarios los que podremos y sabremos dar respuestas a las demandas
de nuestros pueblos.
Para poder avanzar creemos que el INAI, como organismo
responsable de la política indígena a nivel nacional, debe jerarquizarse
política y económicamente, por fuera del ámbito del “desarrollo social”. Los
Pueblos Originarios somos pueblos-naciones preexistentes, con instituciones,
autoridades y cosmovisión propia. La situación social en la que se encuentran
muchos de los Pueblos deviene de un proceso histórico de opresión y despojo que
debe ser reconocido y reparado, no invisibilizado en términos desarrollistas
como el de “pobreza”. Nuestra lucha es política, es por ello que entendemos que
como sujetos políticos es esencial nuestra plena participación en el INAI, la
cual deberá garantizarse a través de un gobierno pluricultural y con la
presencia de representantes legítimos de los Pueblos Originarios en las
diferentes áreas que lo integran.
Sostenemos que el tiempo histórico de los pueblos y de las
sociedades de América nos convoca a ser actores decisivos en la construcción de
la plurinacionalidad. El discurrir
político e histórico de los Estados y de los Pueblos Originarios está llevando
la discusión hacia el interior mismo de la conformación de estos Estados.
En Argentina con el Pacto del Bicentenario se ha comenzado
un proceso de refundación estatal.
Tenemos que protagonizar la reconfiguración de los actores políticos en
la estructura del Estado, y en este sentido creemos que las provincias no
pueden seguir constituyendo un dique que impida el efectivo cumplimiento de
nuestros derechos en los territorios. Los Pueblos Originarios somos sujetos
políticos preexistentes y las provincias están obligadas por la Constitución y
el marco normativo a reconocernos como tales y ser los garantes de nuestros
derechos.
Recordamos, en este mes de marzo, con gravedad y emoción a
las víctimas de la última dictadura militar, a nuestros desaparecidos en la
dictadura y homenajeamos a quienes no se dejaron vencer por el terror de un
Estado opresor y construyeron con su lucha un nuevo amanecer democrático. Los
Pueblos Originarios sufrimos las dictaduras y los genocidios militares por siglos,
quisieron hacernos desaparecer, como personas y como Pueblos, pero no
nos sometieron, porque no se pueden acallar las fuerzas de nuestra madre
tierra, no se pueden invisibilizar la cultura y la identidad, no se puede negar
la historia, por más esfuerzos que hagan algunos sectores reaccionarios por
ocultarlo, somos una sociedad conformada por naciones, culturas y
espiritualidades múltiples. Acá estamos presentes los Pueblos Originarios desde
siempre y por siempre.
En este territorio ancestral, donde descansa y vive el
legado de quienes nos precedieron en la lucha, queremos nombrar a Javier
Chocobar, porque en su nombre se refleja la sangre derramada por nuestros
pueblos en defensa del Territorio.
Javier Chocobar fue cobardemente asesinado en la comunidad
Chuschagasta un 12 de octubre del año 2009, a 500 metros de su casa,
donde estaba defendiendo su territorio. Hasta hoy, cuatro años y cinco meses
después, no ha habido justicia y los asesinos siguen libres. No vamos a
descansar mientras el asesinato de Javier Chocobar siga impune.
La fortaleza de la Comunidad Chuschagasta y de la familia
Chocobar mantiene viva la memoria y la lucha.
Los Pueblos que hoy nos encontramos en este Territorio,
acompañamos desde nuestra espiritualidad y desde nuestros territorios esta
lucha.
No hay construcción, no hay interculturalidad, no hay paz
posible sin justicia.
Javier Chocobar vive en la lucha de nuestros Pueblos
¡POR MEMORIA, IDENTIDAD, JUSTICIA Y TERRITORIO!
ENCUENTRO NACIONAL DE ORGANIZACIONES TERRITORIALES DE
PUEBLOS ORIGINARIOS
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