Aquel 12 de octubre de 1492 significó el comienzo del proceso colonizador más grande en el mundo y para los Pueblos Originarios significó el inicio de un largo proceso de apropiación territorial, el despojo de nuestra identidad, la prohibición de nuestros idiomas y creencias, la ruptura de nuestras instituciones políticas y sociales, el asesinato de nuestras autoridades tradicionales, el sometimiento a la esclavitud y el saqueo de nuestros bienes naturales.
Sólo en los primeros años de la conquista, entre 1503 y 1660, se registra un ingreso a los puertos de la corona española de 185.000 kilos de oro y 16.000.000 millones de kilos de plata, todos ellos producto del trabajo esclavo y saqueo de los territorios de los pueblos y naciones originarias en América. El GENOCIDIO DE MÁS DE 100 MILLONES DE HERMAN@S fue justificado en nombre de la “civilización y el progreso” promovidos por la Santa Iglesia y los Reyes Católicos.
Estos hechos instigados por la ambición y la barbarie, tienen causas y consecuencias profundas que se mantienen hasta la actualidad, con daños que aún están a la espera de JUSTICIA Y REPARACIÓN HISTÓRICA.
La idea de “razas diferentes” y del “encuentro de culturas” es el discurso dominante que durante siglos fue instalado en la matriz educativa y cultural de toda la sociedad, que fueron sellados con sangre por la Escuela de Sarmiento y Roca, refrendados en la revistas Billiken o los manuales Santillana, y sostenido por la Iglesia, la oligarquía terrateniente y las élites dominantes. Dejar de lado este relato oficial para dar lugar a una historia más plural y democrática es un desafío que hoy nos compete a tod@s como sociedad.
Para los Pueblos Originarios, el cambio de nombre del “Día de la Raza” al “Día del Respeto por la Diversidad Cultural”, realizado por el gobierno nacional en el 2011, es muy importante, pues forma parte de un proceso descolonizador que se está dando en todo el continente. Este cambio significa el reconocimiento de las demandas y las luchas históricas de los Pueblos Originarios, y marca el camino de cara al futuro para una proyección cultural de país que reconozca y valore la diversidad de culturas y naciones. Es una herramienta simbólica de reivindicación de los Pueblos Naciones Originarias preexistentes a los Estados.
Descolonizarnos, es sacar la estatua de Colón, es reemplazar y extinguir todos y cada uno de los símbolos de la barbarie, el racismo y el odio de nuestras vidas, para así, poder caminar juntos hacia nuevos tiempos y espacios. Tiempos de hermandad y unidad, en espacios de reciprocidad y complementariedad. Este día nos debe permitir a tod@s reflexionar sobre estos hechos y traer luz desde nuestra realidad cultural como Pueblos Originarios, para que nunca más ocurran estas cosas, y se respete verdaderamente la gran riqueza que significa la diversidad cultural en el país.
En Argentina somos en la actualidad más de 39 Pueblos Originarios, con culturas, idiomas, espiritualidades, símbolos, con formas propias de organización para administrar la tierra y los territorios, somos culturas vivas y dinámicas. Estamos desarrollándonos territorialmente en Organizaciones y comunidades de acuerdo a nuestras propias pautas culturales e instituciones.
Acompañamos activamente el proceso de cambio impulsado desde el 2003. Participamos y militamos en los acontecimientos más significativos de los últimos años, tales como la Ley 26.160 y su prórroga, que ordena suspender los desalojos y relevar los territorios comunitarios; la Ley 26.206 de Educación Intercultural Bilingüe; la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26.522, que contempla el derecho de los Pueblos Originarios a sus propios medios de comunicación; el ante proyecto de Ley de Posesión y Propiedad Comunitaria Indígena; el posicionamiento y la propuesta respecto a la inclusión del Derecho Indígena en el proceso de Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial, y la participación en cada una de las audiencias públicas, entre otras políticas tendientes a una mayor inclusión social.
Los Pueblos Originarios somos actores políticos organizados, que debatimos y articulamos políticas propias de manera autónoma. Tras largos años de colonización, invisibilización y paternalismos, hemos retomado la voz en primera persona y no vamos a permitir que nunca más hablen en nuestro nombre, las ONG’s, Iglesias, partidos políticos, organizaciones sociales, gremios, sindicatos, especialistas. No dejaremos que manipulen y usen nuestras demandas, tergiversando nuestras realidades para sus intereses personales. Nuestra voz es colectiva y proviene de cada Territorio.
Hoy estamos de pié, somos Pueblos Originarios preexistentes, somos sujetos de derecho colectivo, nuestra cultura es milenaria, es necesario el verdadero respeto a la diversidad cultural para una vida plena y en armonía con cada ser de la naturaleza.
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