El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación a través de la Secretaría de Agricultura Familiar a cargo de Emilio Pérsico, presentó el sello de la Agricultura Familiar creado mediante la resolución 419/2015, con el objetivo de reconocer, fortalecer, acompañar y visibilizar el aporte del sector a la seguridad y soberanía alimentaria.
Este sello tiene como fin identificar y distinguir los "Productos de la Agricultura Familiar", los cuales se destacan por poner en valor los aspectos sociales, culturales, organizativos y el uso sustentable y con responsabilidad sobre los bienes naturales en su proceso de producción. De ello se desprende su calidad y la innovación en el uso de tecnologías socialmente apropiadas.
La propuesta de sello se viene trabajando desde el ámbito de a REAF (Reunión Especializada de la Agricultura Familiar) donde participan las organizaciones de la Agricultura tanto de Pueblos Originarios como de las organizaciones campesinas, en Chile, Brasil y Bolivia ya se aprobó un sello similar que identifica y promociona al sector.
El objetivo es visibilizar y reconocer el rol fundamental de los Pueblos Originarios y de las organizaciones campesinas y de la agricultura familiar a la seguridad y soberanía alimentaria en Argentina.
Además busca promover y difundir la calidad y originalidad de los productos de la agricultura familiar, basada en los atributos simbólicos y de identidad cultural como elementos de diferenciación y valorización de los productos de la agricultura familiar.
Por último, tiene como fin difundir y promover nuevos canales de comercialización y puntos de venta y brindar posibilidades de reconocimiento por parte del consumidor de la calidad y las características de estos productos.
El sello de la Agricultura Familiar se enmarca dentro de la LEY REPARACIÓN HISTÓRICA DE LA AGRICULTURA FAMILIAR PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA RURALIDAD EN LA ARGENTINA (LEY 27.118), la cuál “Declara de interés público la agricultura familiar, campesina e indígena por su contribución a la seguridad y soberanía alimentaria del pueblo, por practicar y promover sistemas de vida y de producción que preservan la biodiversidad y procesos sostenibles de transformación productiva”.
A pesar de que dicha ley aún no fue reglamentada y no cuenta con el presupuesto requerido, para los agricultores de Pueblos Originarios esta herramienta significa un reconocimiento y una valorización de los productos territoriales ancestrales, implica la posibilidad de mejorar las condiciones de acceso y disponibilidad de los mercados necesarios para el fortalecimiento de las redes de comercialización en la búsqueda del buen vivir.
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